Parte del trabajo de transplante en
SCI en humanos implicó el transplante del tejido embrionario en los
quistes de la médula espinal en pacientes con poste-trauma de
syringomyelia. Básicamente, con este desorden, un quiste o la siringe se
desarrolla en el sitio de lesionado cual se extiende con el tiempo hacia
arriba y debajo de la cuerda, en cambio, teniendo como resultado
potencialmente en la pérdida adicional de la función. Tales quistes
comprometedores de la función, se pueden desarrollar muchos años después
de la lesión y de la rehabilitación, son obviamente sal en la herida que
desmoraliza al individuo. Aunque la imagen de MRI indique que casi 60%
de individuos con SCI crónica tienen quistes pequeños, que no se
propagan, 3-8% tienen quistes expansivos con alguna pérdida neurológica.
Tradicionalmente, quistes de
syringomyelia asociados con la pérdida de la función neurológica a
menudo han sido tratados colocando un drenaje de líquido en el quiste
y/o el desatar quirúrgicamente el tejido cicatrizal el cual restringe el
movimiento entre la cuerda y la dura, cual en cambio, promueve la
expansión del quiste.
1) Dr. Scott Falci
y colegas (Colorado, EEUU & Suecia) han insertado tejido embrionario de
médula espinal en el quiste de syringomyelia en tres pacientes con SCI.
El primero tenia 49 años, masculino que sostuvo una herida a la C4
completa en 1990. En el año antes de la cirugía, él había perdido
función adicional sensorial, motora, y respiratoria y había aumentado su
espasticidad y dolor. La imagen de MRI reveló un quiste de 20-cm.
precisamente con el ancho de la médula espinal que desciende hacia el
nivel vertebral de la C4 a T11.
Además de colocar un drenaje de
líquido en el quiste y desatar la cuerda, tres pedazos embrionarios
humanos de médula espinal fueron insertados de punta a punta en la
sección mas baja del quiste 6-cm. El tejido embrionario de médula
espinal fue obtenido de dos fetos abortados de 7.5-9 semanas de
gestación.
Como mostrado por la imagen de MRI
sobre un período de seguimiento de siete-meses, el quiste fue sacado de
la sección de la implantación del tejido. Por contraste, en el área
donde el tubo de derivación fue colocado (es decir, ninguna implantación
del tejido), el quiste fue más pequeño pero sin haber colapsado. Aunque
el paciente recuperara alguna función perdida, debido a la naturaleza
del multe-componente de la intervención (es decir, desviar, desatar, &
la implantación), la recuperación no puede ser atribuida solamente a la
implantación del tejido embrionario.
2) Dr. Eduardo Wirth, III
y colegas (Florida, EEUU) han implantado también el tejido fetal de
médula espinal en los quistes de pacientes con syringomyelia progresiva
de poste-trauma. Específicamente, los investigadores han informado los
resultados de implantación de este tejido en los primeros dos pacientes
de 18 matriculados en un estudio preliminar de seguridad y viabilidad.
El tejido fetal de médula espinal utilizado para el transplante fue de
6-9 semanas del tiempo de gestación. Después del drenaje y desagüe del
quiste, pequeños fragmentos del tejido fueron implantados en la cavidad
del quiste.
Los pacientes fueron seguidos por
18 meses utilizando las evaluaciones estándares del ASIA, la imagen de
MRI, y la prueba neurofisiológica. Aunque fuera difícil determinar si el
tejido implantado sobrevivió, el desplome de los quísteles fue limitado
en las áreas en los que el tejido fue colocado específicamente. Aunque
las mejoras funcionales fueran sutiles, los resultados del estudio
indicó la ausencia de efectos adversos relacionado con el procedimiento.
Los investigadores concluyeron que el transplante del tejido fetal de
médula espinal en quistes de syringomyelia es "logísticamente posible y
procesalmente seguro".
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